lunes, 17 de mayo de 2010

“PERVERSIDAD SEXUAL DE JERUSALEN”. CAPITULO XVIII DEL LIBRO ESPIRITU INMUNDO DE LUJURIA EN EL HOMBRE Y LA MUJER.

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XVIII

“PERVERSIDAD SEXUAL DE JERUSALEN”

     “Me arrepentí de haber creado al hombre después era demasiado tarde."  En su infinito amor, Dios quiso un mudo para ser disfrutado por el hombre. Donde las relaciones de la humanidad fuesen santas y moderadas. Donde no reinara el mal, la envidia, la murmuración, la perversidad sexual, la desobediencia.

     Jehová pudo haber destruido totalmente la raza humana, pero tuvo compasión de los primeros hombres y de los sobrevivientes del diluvio que andaban en sus caminos.

     Abraham, amigo de Dios, fue padre de multitudes, esa descendencia prometida se reveló contra el altísimo. Desafiaron a Jehová, adorando en grandes orgías a ídolos que ni ven, ni oyen, ni hacen milagros, llegados hasta nuestros días con sus transformaciones religiosas para confundir al pueblo de Dios.

     Desde la antigüedad, el culto pagano a Tamuz, fue condenado por Dios. Ese ritual, se hacía en medio de orgías sexuales numerosas

     El niño dios Tamuz, nació el veinticuatro de diciembre a las doce de la noche, hijo de Semiramis, quien era llamada la reina del cielo y de uno de los sacerdotes.

     Semiramis era la esposa de Nimrood, descendiente de Noé y al ser muerto éste, ella engañó al pueblo diciéndole que tendría un hijo del dios Nimrood, quien la había fecundado en espíritu después de su muerte. Al nacimiento del dios niño, sembraron un árbol cerca de la tumba de Nimrood, donde el pueblo dejaba regalos para adorar el nacimiento del niño dios. Esa tradición pagana fue tomada por el pueblo de Dios. Por esa razón, Jehová destruyó a Jerusalén. Sin embargo, hasta nuestros días sobrevive ese culto pagano a Tamuz, el niño dios, nacido el veinticuatro de diciembre.

     Jesucristo nació un día que no está escrito. Esa fecha de nacimiento, así como de su muerte no ha sido revelada a nadie. Yo pedí esa revelación al señor y no quiso dármela. ” Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz.” Ezequiel 8:14.

     El pueblo de Dios se pervirtió, prefiriendo las obras de la carne a la comunión con su Santo Espíritu. El profeta Ezequiel, da una clara imagen de la contaminación de Jerusalén, seiscientos años antes de la venida de nuestro señor Jesucristo. Como había avanzado la perversión del pueblo santo de Dios. Los profetas decían mentiras, la sangre cubría sus manos. El paganismo invadió la ciudad. Los líderes maquinaban perversidades.

     El mundo espiritual de las tinieblas gobernaba al pueblo de Israel, con todas sus abominaciones.

      Jehová, le recuerda a Jerusalén a través de su profeta Ezequiel: “Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta. Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía. Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda.” Ezequiel 16: 7-10

     Dios preparó a su pueblo escogido, le dio riquezas, poder sobre la tierra hasta llegar a reinar sobre las naciones. Vivieron en abundancia y sobreabundancia, pero desecharon los caminos rectos, hundiéndose en la inmundicia, compartiendo con otras naciones sus reinados, costumbres y sobre todo pervirtiéndose sexualmente ellos y sus mujeres. Contaminado a sus hijos.

     Jerusalén, la Santa de Dios, igual a las mujeres que no se entregan totalmente a Jesucristo, se prostituyó. Así como las mujeres se entregan a cualquiera, sin importarles su hogar, aparentando, visitando templos, iglesias, pero en su corazón existe prostitución, aún teniendo sus maridos para satisfacción y manutención, buscan en el hombre ajeno, en el hombre de la calle, lo que únicamente está en Jesucristo.

     Se confían en su belleza física, en su hermosura de cuerpo y se lo dan a cualquiera para experimentar aventuras sexuales y formas abominables de placer como el sexo oral y contra natura. ”Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras. Y tomaste de tus vestidos, y te hiciste diversos lugares altos, y fornicaste sobre ellos; cosa semejante nunca había sucedido, ni sucederá más. Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombre y fornicaste con ellas” Ezequiel 16:15-17

     En Jerusalén, se multiplicaron las imágenes, la adoración de ídolos y sacrificios de niños a esos dioses. Se les ofrecía miel, flor de harina, aceite para agradar a las imágenes, creadas con oro y plata, haciéndoles miembros sexuales para fornicar con ellas. Las orgías sexuales se realizaban con las imágenes, el semen lo echaban sobre ellas y las mujeres se lo untaban en ritos de fertilidad.

     Así las mujeres dejando sus hogares, sin importarles la maldición que caerá sobre sus hijas, se compran joyas, perfumes, vestidos ropa interior para lucirlas en sus inmundicias con hombres de la calle y estos se convierten en sus imágenes o ídolos objetos de su adoración. Haciendo culto al espíritu de perversión sexual. Lo mismo es antes que ahora. La idolatría está en el corazón de la mujer o el hombre que sacrifica su dinero, el tiempo de sus hijos, su relación con Dios para juntarse sexualmente con un extraño en un cuarto inmundo lleno de espíritus de las tinieblas que los atan cada vez más.

     La idolatría esta en la mujer deseada, poseída o en el hombre que le proporciona el placer, el dinero, la comprensión a la mujer que día a día lo desea, primero a él y después a otros o a otras mujeres. Porque la contaminación avanza a grandes pasos. Sólo Jesús, nos puede librar de una pasión demoníaca. Pasión del mundo. Pasión por la prostitución. Pasión por la fornicación. Pasión por otro hombre. Pasión por la mujer ajena de labios dulces y suaves que conducen al seol. Se olvida al Todopoderoso, que ha tenido paciencia esperando. “Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre. Y sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice Jehová el Señor)” Ezequiel 16:22-23,

     En todos los lugares por donde la mujer se pasea, son una oportunidad para dejar una estela de provocación y ofrecerse, para cualquiera. Todo lugar alto son los diferentes lugares de citas o aventuras donde se comete la perversidad o inmoralidad sexual, atentando contra el cuerpo de Dios. “En toda cabeza de camino edificaste lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones.” Ezequiel 16:25

     Las mujeres creen en la potencia sexual de sus amantes, imaginan, prefieren grandes miembros sexuales que no encuentran en sus esposos, así le sucedía a las mujeres de Jerusalén, ellas prefirieron para fornicar a los egipcios por tener fama de buenos amantes. Lo que hay en estos hombres, que están fuera de la naturaleza de Dios son verdaderos demonios sexuales. Los egipcios eran un pueblo del Diablo. “Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme.” Ezequiel 16:26. En otras versiones se lee: “…Esos egipcios de gran potencia sexual…”“…Los egipcios tus vecinos, de grandes miembros…”

     Formas, tamaños, colores de sexos masculinos y femeninos son obra de la imaginación pervertida de Satanás. Continuidad sexual o abundancia o sobreabundancia sexual son obras de espíritus de inmundicia.

     La sexualidad debe ser para santidad. Sexo Santo. En oración ministrado por el bendito Espíritu Santo de Dios. Sentirse bien con su pareja y sobre todo con Jehová que nos permite ese placer y satisfacción de esa necesidad del cuerpo, mientras somos arrebatados para vivir una vida celestial, asexual en el reino de los cielos.

     El hombre y la mujer fornicarios, no tendrán paz, siempre habrá una nueva ocasión, una oportunidad para conocer la desnudez de otra persona, el temor a Dios lo neutraliza el espíritu de lujuria. Así le sucedió al pueblo de Israel. “Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos, y tampoco con esto te saciaste. ¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jehová el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada, edificando tus lugares altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga.” Ezequiel 16:29-31

     Eso es una mujer sin Dios, una ramera desvergonzada. Mujer de uno y otro hombre. ¿Cómo puede el señor escuchar sus oraciones? Ellas piensan que el escucha, pero no es así. Tendríamos un Dios corruptible si escuchara oraciones de las hijas de Satanás.

     Dios escucha las oraciones de sus hijos e hijas. Satanás escucha las oraciones y ayunos de sus hijos e hijas que andan en tinieblas de fornicación y adulterio, él les alumbra la próxima víctima, mientras les llega su turno de llegada al infierno.

     Hombres y mujeres, van contaminándose día a día, sus perversidades son mayores, se convierten en su alimento diario y su patrimonio lo entrega en otras manos, necesitan pagar para ser amados. Muchas veces viene la sangre sobre ellos por la venganza de maridos o amantes o amantes engañados y ofendidos. Jerusalén, vivía todo eso, el pueblo mimado de Dios. “sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos. A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones. Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente. Por tanto, ramera, oye palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste; por tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré alrededor de ti y les descubriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez. Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de celos.” Ezequiel 16: 32-38

     El noviazgo, la primera cita, el amor de juventud se olvida en las parejas. No encuentran disfrute en su cónyuge y se desenfrenan con hombres y mujeres del mundo, pensando ocultar por siempre semejante falta. Eso le gusta al diablo. Ahí radica su derecho legal sobre el matrimonio. Por eso Jehová predice su castigo a Jerusalén.” Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también traeré tu camino sobre tu cabeza, dice Jehová el Señor; pues ni aun has pensado sobre toda tu lujuria. He aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán que dice: Cual la madre, tal la hija. Hija eres tú de tu madre, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre amorreo.” Ezequiel 16: 43-45

     El demonio de lujuria es un principado de las tinieblas, muy poderoso y efectivo. Uno de los principales en importancia de Satanás. Jefe de ejércitos de espíritus inmundos.

     Me revela mi Señor, ante mi pregunta si Jesús fue tentado por mujeres: “Jesús fue tentado por muchas mujeres. Recuerda hijo mío que lo seguían. Jesucristo fue el único hombre sobre la tierra que resistió la tentación del demonio de lujuria y lo venció. Este siempre anduvo tras él hasta el último momento.” Satanás sólo se apartó por poco tiempo, después de la tentación del desierto, necesitaba derrotar a Jesús de cualquier manera, porque conocía su fin si Jesús no pecaba. “Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al señor tu Dios. Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.” Lucas: 4: 12-13

     Por un tiempo se apartó, para continuar su asedio, por eso Jesús oraba siempre y a pesar de tener el poder sobre Satanás, nunca estaba solo, siempre estaba con sus discípulos.

     La soledad del hombre o la mujer, es un momento ideal para que el enemigo trabaje. Por eso el hombre en todo momento debe andar con su esposa. No importa que sea ungido de Dios. Jesús fue el único que no conoció pecado.

     Jerusalén llegó a tal degradación espiritual que superó en perversidad a Sodoma, Gomorra, Samaria y Edom. ¿En Cuántos hogares, las madres e hijas comparten sus hombres, sin ningún temor de Dios? Jerusalén llegó al extremo, sumó todo lo abominable, desde la adoración de imágenes e ídolos con orgías sexuales permanentes, hasta sacrificar desnudos niños y niñas ante sus dioses. Como cualquier animal. “Y tu hermana mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti. Ni aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos.

     Vivo yo, dice Jehová el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han hecho como hiciste tú y tus hijas. He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité. Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú hiciste. Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza en los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas; más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú también, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus hermanas.” Ezequiel 46-52.

     Jerusalén fue destinada a sufrir el castigo de su lujuria. Así como había gozado, en medio de su desobediencia, pervirtiéndose. Prefiriendo el placer a la oración. La diversión sexual a la espera en Dios, la saciedad de la carne a la vida espiritual. Así como prefirió vivir con sus demonios dentro de su cuerpo, para fomentar su instinto fornicando y adulterando con los guerreros de Satanás, con los que ahora está en el infierno, fornicando con fuego, así también, Jehová puso su ira sobre Jerusalén. Su consentida. Su pueblo amado, al que hizo milagros, por no serle fiel la condena a ser despreciada. “tú la afrenta de las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos, las cuales por todos lados te desprecian. Sufre tú el castigo de tu lujuria y de tus abominaciones, dice Jehová.” Ezequiel 16:57-58.

     La mujer adultera, es digna de desprecio. Es una mujer sucia. El hombre también. El precio por el pecado es alto. El infierno existe. Además de lo que se vivirá en la tierra, después está el sufrimiento del abismo.

     Cuántos hombres sin importarles la menstruación de su esposa o cualquier mujer tienen relaciones con ella, toman las mujeres de sus padres o abusan de sus nueras. “La desnudez del padre descubrieron en ti, y en ti hicieron violencia a la que estaba inmunda por su menstruo. Cada uno hizo abominación con la mujer de su prójimo, cada uno contaminó pervertidamente a su nuera, y cada uno violó en ti a su hermana, hija de su padre.” Ezequiel 22: 10-11.

     El señor se queja de Samaria y Jerusalén, como el esposo traicionado a quien cuesta creer el adulterio de su esposa, resistiéndose a perderla, aún reconociendo la historia detallada de su infidelidad, está su corazón dolido, pero dispuesto a perdonarla en cualquier momento. Jehová, Dios, quejándose al profeta Ezequiel, como el hombre que sólo cuenta a su mejor amigo las desgracias de su intimidad. De su matrimonio cuando ha sido alcanzado por la destrucción del engañador. No sólo una vez ha sido engañado, sino muchas veces y con cualquiera, con sus amigos y enemigos, con todo el que compartía parrandas. A veces hasta el hombre más bajo, corrompido del barrio se ha acostado con la esposa más decente, producto de las fiestas alcohólicas que prepararon el adulterio y la orgía.

     Muchas mujeres aparentemente decentes han pasado por este acto bochornoso. Al despertar y recobrar la sobriedad se da cuenta de que su cuerpo fue pasto de las bestias lujuriosas. Muchas veces no sabe con cuantas, ni quienes. Su cuerpo ya pertenece a Satán, quien la andaba buscando y tendiendo la trampa maestra, de la que sólo Jesús puede salvarla.

     Sólo el hijo del hombre puede con su sangre santa limpiar la inmundicia acumulada en nuestros cuerpos por tanta fornicación. Fornicación que el hombre derrama por todo el cuerpo de la mujer, su boca y su estómago, pactándola y encadenándola con el espíritu de lujuria. Legiones de demonios entraron libremente, sin ningún obstáculo por su piel, su sexo, su ano y su boca.

     Después de la primera vez de una mujer, su vida será distinta, la posesión se ha consumado. Su temor por Dios, si es que tiene, tendrá una lucha espiritual en desigualdad, hasta entregarse totalmente a Cristo y sufrir el acto espiritual y físico de liberación. Muchas mujeres de la alta sociedad, o representativas de iglesias, tratando de dar una imagen de cristianas totales, sufren en sus mentes ese tormento, porque les avergüenza confesar sus sueños nocturnos, sus recuerdos, los instintos que se le presentan. Su pecado ha sido perdonado, pero el espíritu de lujuria está dentro, quizá sin mucho poder, pero no sale si la dueña del cuerpo no autoriza su salida o expulsión. Por eso su mente nunca estará totalmente para Dios siempre será perturbada, aún de hechos sexuales de su infancia, juegos lésbicos, pornográficos, deseos lascivos, satisfacción utilizando niños o animales para succionar sus senos o sus sexos.

     Es como si una persona demanda en un Juzgado, le devuelvan su casa, de la que alguien, dentro de ella por cualquier motivo, se quiere adueñar, se lleva un proceso judicial contradictorio y largo, hasta le sentencia definitiva. Una vez firme la sentencia, existe en ella la declaratoria de restitución de la casa para su verdadero dueño. Sin embargo el perdidoso no quiere salir, entonces será necesaria la fuerza pública, la policía para llegarlo a sacar por la fuerza con todas sus cochinadas que tiene dentro de la casa, después limpiar, pintar y poner bonita la propiedad porque después de gastar tanto, se ha vencido y el inmueble no se perdió, fue recuperado.

     Igual es con nuestro templo, una vez que Jesús entra en el corazón y Dios nos ha perdonado, es importante que el Espíritu santo entre a morar en nuestro cuerpo, por eso debe estar limpio y se debe sacar al intruso que toda la vida ha vivido allí, con la autorización y beneplácito de la persona. Ahora no quiere salir por las buenas. Para sacar al intruso por la fuerza se necesita del poder de Jesús, manifestado en algunos siervos amados del altísimo.

     Muchas personas llegan asiduamente a sus iglesias en esa lucha cotidiana, pero no la confiesan, otras personas que andan igual que ellas, no notarán ese espíritu, pero hay siervos de Dios con discernimiento de espíritu que verán los espíritus inmundos dentro de de ese hombre o esa mujer elegantemente vestida para Dios.

     Dios ha puesto en mi esposa ese maravilloso don de visión y revelación, además le permite entrar en la mente de las personas y escudriñar corazones.

     La multiplicación de legiones de espíritus al mando de principados y gobernadores de las tinieblas especializados en este tipo de contaminación a personas que se creen buenas, porque no hacen según ellas mal a nadie o nadie se da cuenta, viene a través de los siglos, cuando el pueblo bendecido por Jehová se hundió en fornicaciones, orgías, ante sus ídolos, homosexualismo, lesbianismo, pedofilia, incesto. Toda clase de inmundicias eran practicadas en sus fiestas infiltradas de paganismo, de cultos a dioses adoptados que no ven, ni oyen, ni entienden, ni hacen milagros, más bien eran utilizados como depósitos y sostenedores de flujos y posiciones sexuales.

     Dios, decepcionado de su creación, le cuenta la historia al profeta, pero con un sentimiento de amor lastimado, de esposo traicionado y triste. “Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre, las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron estrujados sus pechos virginales. Y se llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales llegaron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba. Y Ahola cometió fornicación aun estando en mi poder; y se enamoró de sus amantes los asirios, vecinos suyos, vestidos de púrpura, gobernadores y capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo. Y se prostituyó con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos. Y no dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron en su juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y derramaron sobre ella su fornicación. Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado. Ellos descubrieron su desnudez, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a espada; y vino a ser famosa entre las mujeres, pues en ella hicieron escarmiento. Y lo vio su hermana Aholiba, y enloqueció de lujuria más que ella; y sus fornicaciones fueron más que las fornicaciones de su hermana.
Se enamoró de los hijos de los asirios sus vecinos, gobernadores y capitanes, vestidos de ropas y armas excelentes, jinetes que iban a caballo, todos ellos jóvenes codiciables. Y vi que se había contaminado; un mismo camino era el de ambas. Y aumentó sus fornicaciones; pues cuando vio a hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de color, ceñidos por sus lomos con talabartes, y tiaras de colores en sus cabezas, teniendo todos ellos apariencia de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, de Caldea, tierra de su nacimiento, se enamoró de ellos a primera vista, y les envió mensajeros a la tierra de los caldeos. Así, pues, se llegaron a ella los hombres de Babilonia en su lecho de amores, y la contaminaron, y ella también se contaminó con ellos, y su alma se hastió de ellos. Así hizo patentes sus fornicaciones y descubrió sus desnudeces, por lo cual mi alma se hastió de ella, como se había ya hastiado mi alma de su hermana. Aun multiplicó sus fornicaciones, trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. Y se enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. Así trajiste de nuevo a la memoria la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios comprimieron tus pechos, los pechos de tu juventud.”Ezequiel 23: 2-21

     La lujuria del pueblo de Israel, traería sobre ellos la condenación. En estos tiempos el juicio sobre los inmundos ya no sólo son enfermedades venéreas sino el Sida. Ante él no hay cura, porque es una enfermedad satánica. Satanás satisface la lujuria y después premia con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Los científicos en vano luchan por descubrir una vacuna. Jamás la encontrarán. La ciencia es de Dios, pero en este caso, esta enfermedad maldita es producto de la desobediencia y sobre todo fruto de la traición, no sólo hacia su pareja sino al Altísimo y en los niños contaminados es culpa de la maldición que los padres traen a los hijos. Traición como la de Samaria y Jerusalén al Santo de Israel.

     La misma persona escoge, Jesús o el Sida. Lo más fácil y placentero es el Sida, pensando en su suerte. ¿Y los niños que culpa tienen? Son maldiciones generacionales sobre la descendencia, Si mueren niños, Dios los hará ángeles preciosos en el cielo. Si tienen la oportunidad de crecer o son hijos de Beelzebú o sabrán de Cristo Jesús y podrán ser salvos si lo aceptan como su salvador.

     Jehová dictó en aquel tiempo juicio contra su pueblo, porque escogieron el camino ancho de la perversidad. “Y te despojarán de tus vestidos, y te arrebatarán todos los adornos de tu hermosura. Y haré cesar de ti tu lujuria, y tu fornicación de la tierra de Egipto; y no levantarás ya más a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto. Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hastió tu alma; los cuales procederán contigo con odio, y tomarán todo el fruto de tu labor, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la inmundicia de tus fornicaciones, y tu lujuria y tu prostitución.” Ezequiel 23: 26-29

     Hastiado de la lujuria de Jerusalén, Dios decide poner fin y darles un escarmiento a las nuevas generaciones hasta la venida del Mesías ya anunciado en otros profetas. El pueblo se ha olvidado de Dios. Es un adorno. En las palabras una referencia abstracta. ¿Y si Dios no existe? Habrán dejado de hacer las obras de la carne que tanto satisfacen. Puede haber tiempo de arrepentirse piensan algunos, porque Dios es amor y no castigo. “Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto te has olvidado de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva tú también tu lujuria y tus fornicaciones.”Ezequiel 23:35

     Dios a las espaldas. Dios después de todo lo demás. Dios en segundo lugar, después del trabajo, después de los hijos, después de las fiestas, después de la esposa y el esposo, después del arte, después de los sueños y metas aunque estos estén en sus manos. Dios después de la satisfacción carnal. Dios después de la lujuria. Dios después de cada adulterio. Cada quien llevará la consecuencia de su desobediencia, por haber puesto a Dios detrás de todo, entonces el que así lo hizo no podrá estar frente a él, a la hora que ya está llegando.

     La fornicación con los ídolos, no es interpretación, era real, no sólo una metáfora. Los ídolos, eran utilizados para regar los flujos de hombre y mujeres desnudas. Las mujeres se abrazaban y jugueteaban con los dioses tallados, estos tenían sexos de mujer y miembros de hombre tallados a mano, las mujeres introducían sus sexos en los miembros de los ídolos y fornicaban con ellos. En Perú existe un dios donde las mujeres estériles van y se le sientan desnudas en su miembro para quedar embarazadas, Satanás les hace el milagro y pasan a ser hijos de las tinieblas. “Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus ídolos; y aun a sus hijos que habían dado a luz para mí, hicieron pasar por el fuego, quemándolos.” Ezequiel 23:37

     Después de las fiestas orgiásticas, religiosamente entraban al templo de Dios. Contaminados. Las iglesias son lugar de resguardo para muchas adúlteras, para fornicarios, para masturbadotes, son inducidos por los espíritus a visitar los templos, a quedarse en la congregación y convertirse en servidores. Desde esa responsabilidad trabajan para contaminar sutilmente a hombres y mujeres. Es parejo. Cuando el pastor cae en la trampa, es porque Satanás actuó a través de esa oveja, la víctima es el ungido de Dios y no la oveja. La ley lo podrá castigar como agresor, pero espiritualmente el pastor o sacerdote, está destruyendo su iglesia y su alma. La paga del pecado es la muerte. El lo sabe. Cuando los sacerdotes abusan de los niños o jóvenes, están destruyendo al espiritualidad de esos niños y los contaminan, entonces odiarán a Dios y todo lo que lo represente o preferirán no conocerlo.

     Todo esto sucede porque entregados al servicio de Dios, hombres y mujeres, afanados en el crecimiento de la iglesia, preocupados por los problemas de la congregación y de sus familias, se han olvidado de ellos mismos. Han limpiado casas ajenas, pero no la propia. Dios no la va a limpiar, es tarea de nosotros.

      El Pastor, por esa razón no puede dar consejería a mujeres de cualquier edad, sino está junto a su esposa. Satanás encantado de poner un problema en la ovejita, para ser atendida por el líder religioso, a solas, en secreto, en discreción. “Pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi santuario el mismo día para contaminarlo; y he aquí, así hicieron en medio de mi casa. Además, enviaron por hombres que viniesen de lejos, a los cuales había sido enviado mensajero, y he aquí vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y pintaste tus ojos, y te ataviaste con adornos.” Ezequiel 23:39.

     La lujuria es destructora de espiritualidad, de pureza, de santidad, de matrimonios, de relaciones padres e hijos, madre e hijos, suegros y nueras, yernos y suegras, destruye sociedades y pueblos, eso sucedió con Jerusalén. “Y dije respecto de la envejecida en adulterios: ¿Todavía cometerán fornicaciones con ella, y ella con ellos? Porque han venido a ella como quien viene a mujer ramera; así vinieron a Ahola y a Aholiba, mujeres depravadas. Por tanto, hombres justos las juzgarán por la ley de las adúlteras, y por la ley de las que derraman sangre; porque son adúlteras, y sangre hay en sus manos. Por lo que así ha dicho Jehová el Señor: Yo haré subir contra ellas tropas, las entregaré a turbación y a rapiña, y las turbas las apedrearán, y las atravesarán con sus espadas; matarán a sus hijos y a sus hijas, y sus casas consumirán con fuego. Y haré cesar la lujuria de la tierra, y escarmentarán todas las mujeres, y no harán según vuestras perversidades. Y sobre vosotras pondrán vuestras perversidades, y pagaréis los pecados de vuestra idolatría; y sabréis que yo soy Jehová el Señor.” Ezequiel 23:43-48

     Las personas se preguntan: ¿Dónde está la bendición de Dios? Ignorando el grado de contaminación existente en los pecados contra el cuerpo, el templo de Dios. El pecado sexual tiene trascendencias, tanto en las siguientes generaciones como en el futuro de la persona y la familia. “Estuvisteis sobre vuestras espadas, hicisteis abominación, y contaminasteis cada cual a la mujer de su prójimo; ¿y habréis de poseer la tierra?

     Les dirás así: Así ha dicho Jehová el Señor: Vivo yo, que los que están en aquellos lugares asolados caerán a espada, y al que está sobre la faz del campo entregaré a las fieras para que lo devoren; y los que están en las fortalezas y en las cuevas, de pestilencia morirán. Y convertiré la tierra en desierto y en soledad, y cesará la soberbia de su poderío; y los montes de Israel serán asolados hasta que no haya quien pase. Y sabrán que yo soy Jehová, cuando convierta la tierra en soledad y desierto, por todas las abominaciones que han hecho. Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué palabra viene de Jehová. Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra. Pero cuando ello viniere (y viene ya), sabrán que hubo profeta entre ellos.” Ezequiel 33:26-33

      En todas las ciudades de nuestro país y del mundo entero, están los cultos paganos y fiestas patronales, cada ciudad o pueblo tiene su patrón o patrona consistente en un supuesto santo o supuesta virgen. Estas fiestas no distan mucho de las bacanales de Jerusalén. Satanás, anda alegre con la adoración que se le hace a través de estás fiestas religiosas. Brujos, practicantes de brujería o santería, para sus propósitos tenebrosos y otra parte del pueblo por desconocimiento, acuden con sus imágenes, pequeñas y grandes, crucifijos de oro, de madera, de plástico, de yeso, rosarios de diferentes tonos y hechuras y rezan ese rosario que es la consagración de su alma al infierno e incluso ponen en oración a miembros de la familia u otras personas con el ritual idolátrico del rosario a veces acompañado de imágenes pintadas o de talla.

     El santo rosario, es una oración larga de invocación al diablo, para que entren en la persona legiones de espíritus. Cuando la persona muere le meten en el ataúd el rosario y una cruz entre las manos que el muerto aprieta al pecho, coronando así su maldición y a menos que la persona se haya arrepentido y aceptado a Cristo sin que los vivos lo sepan, su fin ya está determinado, su alma desde que salió del cuerpo en el último aliento de vida, está entre las tinieblas de abajo alumbrada con fuego, fuego y más fuego donde estará obligado a rezar día y noche el rosario en el caso de la idolatría. “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. Conforme a su grandeza, así pecaron contra mí; también yo cambiaré su honra en afrenta.” Oseas: 4: 6-7

    Cuando las personas ya están contaminadas desechan el conocimiento y rechazan violentamente la palabra. Sin saber su destino final.

     Todas las fiestas de santos, planeadas en la iglesia son un concurso de demonios, la antesala del infierno, idolatría combinada con homosexualismo, fornicación, adulterio, lascivia, desnudez, abusos, muerte etc. Es una fiesta de demonios, donde nada tiene que ver Dios. Los pobres niños, allí se empiezan a contaminar por culpa de sus padres y parientes. Son pactados con las estatuas al promesarlos y hacerlos cumplir promesas, de vestir de morado, de arrastrarse, de caminar de rodillas, hacer misas, hacer rezos o vigilias alrededor de la imagen de un supuesto Jesús, andar de por vida colgado de sus cuellos cadenas con imágenes o rosarios, pulseras en sus manos y pies, anillos en sus dedos alusivos a los supuestos santos que no son más que demonios. Todo esto es abominación a Jehová. Pecado grave. Pecado de Muerte.

     Por esa razón, los pueblos y ciudades no pueden ser bendecidos y son gobernados por fuerzas de las tinieblas, repitiéndose historias de maldición en las familias y matrimonios. Nadie es feliz. El que es feliz y entiende, es porque conoció a Jesús vivo no crucificado, lo tiene en su corazón, siendo obediente a la palabra escrita en la Biblia. De eso no debemos salirnos.


2 comentarios:

  1. hola buena tarde necesito una respuesta , no puedo tener paz en mi corazon

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  2. Dios le bendiga. Envíe su correo para enviarle más material y comuníquese con nosotros vía skipe. Estaremos orando por usted. Bendiciones

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Dios te bendiga desde el momento que te atreves a hacer tu comentario, que la paz de Jesús entre a tu vida y te llene de gozo, fe y esperanza por lo que elegiste decir. Bendiciones por cada una de tus buenas intenciones para hacer crecer este Ministerio laico del poderoso Jesús.Ten fe y recibirás tus milagros estamos en oración permanente por cada persona que accesa al blog
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