Padre William Argüello hace una valoración de los desastres naturales, a propósito del tsunami en Japón . Artículo del Diario La Prensa de Nicaragua.

Religión y Fe

“Dios no manda castigo”

Japón, un sol que siempre vuelve a nacer

 

• Padre William Argüello hace una valoración de los desastres naturales, a propósito del tsunami en Japón
• “Los fenómenos de la naturaleza se dan producto de la imperfección de la naturaleza humana”, afirma

Por: Emiliano Chamorro

Los desastres naturales forman parte de la imperfección del pecado humano y de los daños a la naturaleza, considera el sacerdote William Argüello. LA PRENSA/AFP/ROSLAN RAHMAN

Dios no manda castigo por medio de los terremotos y tsunamis, pues estos se dan producto de la imperfección de la naturaleza humana a raíz del pecado de Adán y Eva.

Esa es la valoración que hace el sacerdote salesiano William Argüello, director del Centro Juvenil Don Bosco, al referirse al destructor terremoto y posterior tsunami que afectó Japón el pasado 11 de marzo.

“La naturaleza misma presenta imperfección producto del daño que le hemos hecho y como consecuencia del pecado de Adán y Eva”, sostiene.

Sin embargo, afirma que mediante los desastres naturales se descubre la presencia de Dios.

“Claro que descubrimos la presencia de Dios porque siendo Japón un país inminentemente desarrollado, con ciencia, un imperio tecnológico, uno se queda admirado (...) y se pregunta ¿por qué trascienden las cosas? Entonces quiere decir que hay una fuerza mayor y que la naturaleza misma nos dice que hay un ser superior que es Dios”, valora el sacerdote.

En ese sentido considera que las expectativas humanas Dios las traspasa aun en medio de los avances científicos y tecnológicos.

“En el ámbito espiritual podemos aplicar lo que dice hebreos 12: 1-2 “Fijos los ojos en Jesús, caudillo y consumador de la fe”, valoró.

Añade: “Si la naturaleza nos traspasa, si la situaciones humanas no las podemos controlar, eso es un signo de que existe un ser superior; ese ser superior se ha revelado en la persona de Jesús, en Jesús Salvador, en Jesús que es Dios, Jesús que es el Redentor que nos ha salvado en la cruz del Calvario y Jesús que es reconciliador”, reflexiona.

Sostiene que los estremecimientos naturales Dios los permite, pese a nuestra responsabilidad para que nosotros volvamos a Dios “o sea que no pongamos como Dios la ciencia porque los japoneses se confiaron en su ciencia y resulta que sus cálculos traspasaron; entonces el único que nos hace traspasar los cálculos humanos es Dios, entonces busquemos al Señor y yo recomiendo al Dios revelado en Jesucristo”.

“Ni con todo el poder que desarrolle el ser humano podrá traspasar el poder de Dios”, afirmó.

Precisa que los países desarrollados ubican como ídolos a los científicos, es decir ponen su confianza solo en lo material.

“Con las catástrofes Dios nos está diciendo sobre tu sabiduría, sobre tu ciencia, sobre tu tecnología estoy yo”, agrega Argüello.

Sin embargo, asegura que los desastres naturales obedecen al dañado que el ser humano le ha causado a la naturaleza que es creación de Dios.

“Dios permite estas cosas para que nos acerquemos. Esto es un llamado de Dios para la humanidad, para que Jesús sea el centro de nuestra vida y no endiosar a los seres humanos”.

Añade: “Nosotros somos limitados, pero tenemos la manifestación de Dios en nuestra vida porque somos la imagen de Dios a través de la inteligencia, de la naturaleza, la ciencia y la tecnología, pero no podemos igualarnos a Dios”, advierte.

Argüello asegura que los fenómenos naturales están presentes en los apocalipsis, “pero dice Jesús: antes que venga el fin van a haber guerras, terremotos pero todavía no es el fin, estas son señales, pues solo el Padre sabe el día y la hora”, evangelizó.