6 de marzo del 2011
“Mi mamá me vendió por mil córdobas”
* A sus 14 años vivió lo inimaginable: su madre, quien por mandato biológico se supone debía cuidarla, la entregó a un hombre que la violó dentro de un automotor, en la calle
Ernesto García y Redacción Central | Sucesos
Colegio
Entrada al albergue donde una adolescente delató la supuesta explotación sexual de la que asegura haber sido víctima. CARLOS CORTÉZ / END
De cruel y maligno podría calificarse el actuar de una mujer de 45 años que está acusada de prostituir a su hija de 14, a quien habría vendido por mil córdobas.
Con el temor de que no le creyeran, la adolescente rompió el silencio delatando a su mamá ante las autoridades del albergue donde permanecían refugiadas desde octubre del año pasado.
La jovencita también reveló que fue violada a los 12 años por un sujeto cuya identidad desconoce, pero que probablemente lo hizo con el consentimiento de su progenitora.
Según la joven, cuando le contó a su mamá que fue mancillada por el desconocido, ella le dijo que se quedara callada y que a nadie le contara lo sucedido.
Del “Oriental” al “Dimitrov”
La segunda violación tuvo lugar el 4 de diciembre de 2010, cuando la adolescente y su hermano “Toñito” estaban terminando la venta de sal de ese día, en medio del mundanal ruido que caracteriza el “Gancho de Camino”, un punto de referencia emblemático en el Mercado Oriental.
Relató la víctima que esa tarde sorpresivamente frente a ella y su hermanito se estacionó un carro rojo, vidrios polarizados.
Pero la sorpresa fue mayor cuando su mamá le ordenó a ella y a su hermano que subieran al asiento trasero del automóvil, recordó la adolescente.
Luego el conductor se abrió camino entre el congestionado tráfico que caracteriza las vías de la capital al caer la tarde, hasta llegar a una calle del barrio “Jorge Dimitrov”.
Según la víctima, ahí su mamá recibió del desconocido dos billetes de 500 córdobas y ella le entregó un papelito con el siguiente mensaje: “Llamame siempre”.
Espectadora
Después, como quien se dispone a presenciar un espectáculo, la madre de la menor bajó del carro y se acomodó en una piedra junto a “Toñito”, a poca distancia del vehículo.
Mientras la mujer cuidaba que nadie llegara a interrumpir al verdugo de su hija, en el interior del automóvil la adolescente era mancillada, refiere la acusación del Ministerio Público.
El libelo acusatorio presentado por la fiscal Martha Landero indica que tras ser mancillada, la víctima fue asediada por tres maleantes que pretendían que el degenerado bajara las ventanas del vehículo, para manosearla.
“Aunque la víctima pidió auxilio cuando era acosada por los tres malhechores, nadie se lo brindó”, se afirma a reglón seguido en la acusación fiscal.
Tras el bochornoso acto, la víctima, su hermano y la imputada fueron trasladados en el mismo vehículo a la casa que la acusada tiene en un barrio costero del Distrito IV de la capital.
De ese lugar, la niña huyó a los tres días, para dirigirse a Tipitapa, donde habita su pareja, otro adolescente sólo identificado como “Walter”.
Según la denunciante, fue su cónyuge quien la alentó para que regresara a Managua y delatara a su mamá por la explotación sexual a la que supuestamente la sometía.
Desenmascarada
La mujer trató de “tapar” lo sucedido simulando que intercedía por ella ante la responsable del albergue, para que reingresara al refugio.
Ese fue el instante que aprovechó la joven víctima para delatar a su mamá con la responsable del local, donde permanecen sus hermanos con su abuelito materno.
La mujer le dijo en ese entonces al responsable del albergue, que su hija “volvía porque su marido la había golpeado”, sin embargo la muchacha la desmintió en el acto.
“No es cierto, lo que sucedió es que mi mamá me vendió a un hombre por mil córdobas”, dijo la joven a la responsable del refugio, refiere el escrito acusatorio.
La mala madre susurró en el oído de su hija pidiéndole que hablara en voz baja, “porque su abuelito podía escucharla”, relató la responsable del albergue a la Policía.
Al verse descubierta por su hija, la mujer le dijo a la responsable del refugio que la jovencita padecía de trastornos mentales, sin embargo, en el expediente judicial del caso no existe ningún documento médico confirmando esa afirmación.
El abuelo da otra versión
El abuelo materno de la víctima y padre de la acusada, junto a sus tres nietos dio una versión distinta de los hechos.
Manuel López Castro aseguró que su nieta no tiene 14 años, sino 17, y ella se fue del albergue con su pareja por voluntad propia, y no porque su madre la explotara sexualmente.
El anciano afirmó que su nieta “está arrepentida” de haberle dicho a “Silvio”, uno de los responsables del albergue, que el hombre a quien supuestamente su mamá la vendió la daba maltrato.
Sin posibilidades legales
El defensor público Róger Lenín Santos, abogado de la acusada, reconoció que son pocas las posibilidades que su representada tiene de salir airosa del juicio que se le avecina.
Una de las pruebas más fuertes que tiene la Fiscalía es el dictamen de la forense, Cándida Chávez, a quien la jovencita le dijo que ha sido víctima de violencia sexual.
El dictamen corroboró que la menor tiene roto el himen de vieja data, es decir que eso ocurrió diez o más días antes de que se realizara el examen, pero la jovencita no tenía huellas de violencia o signos que indicasen que había tenido relaciones sexuales antes de la pericia.
“El papel de la Defensoría Pública en este juicio será de garantizarle a la acusada un proceso apegado a derecho, respetándole sus garantías constitucionales”, afirmó Santos.
El defensor público señaló que el futuro de la procesada dependerá de la declaración de la víctima.
“Vamos a analizar las circunstancias en las que supuestamente se dieron los hechos denunciados”, subrayó Santos.
El abogado adelantó que si el testimonio de la víctima durante el juicio es contundente, como defensa buscaría otra alternativa en beneficio de la acusada.
El Código Penal sanciona con una condena de seis a ocho años de prisión y de 300 a 600 días multa a quien es encontrado culpable del delito de proxenetismo agravado.
La madre acusada está presa desde el pasado 10 de diciembre, y su juicio se realizará en las próximas semanas, anunció el juez Octavo Distrito Penal de Juicio, Tomás Eduardo Cortés.
Abusos dentro y fuera de albergues
Entre los últimos meses de 2010 y lo que va de 2011, se han contabilizado tres casos de tipo sexual dentro y fuera de albergues.
En Managua existen 16 refugios que fueron abiertos tras el paso de la tormenta “Mateo”.
El primer caso no ocurrió directamente dentro de un albergue, sino fuera, luego que la víctima escapase del mismo en Rivas.
La víctima, de 15 años, perdió a su mamá en un accidente de tránsito, pero a finales septiembre de 2010 escapó del hogar sustituto donde se alojaba y fue a parar a la casa de Georlene Siezar Urbina, quien, según la Fiscalía, la comercializó sexualmente entre los meses de octubre y noviembre de ese mismo año.
La adolescente conoció a Siezar Urbina a través de una compañera de clases que la llegaba a buscar al albergue, quien le informó que la mujer necesitaba “una china” para un niño.
Siezar Urbina comenzó a vender a la adolescente, porque necesitaba el dinero para alimentarla y darle ropa.
La acusada por este caso fue declarada culpable y condenada.
El otro caso ocurrió el 21 de enero de este año, en un albergue capitalino, cuando un sujeto de apellido Sánchez, quien enfrenta cargos por abuso sexual, se levantó de su lecho para ir a la cama donde dormía una bebita para manosearla.
Según la acusación que está en los juzgados, la madre se percató de lo que estaba ocurriendo porque la tierna lloró y vio en medio de la oscuridad que Sánchez corría a su cama.
Cuando los forenses auscultaron a la niña, descubrieron que los tocamientos laceraron la piel de la pequeña.
El procesado está a la espera de juicio por decisión de la jueza Cuarto Distrito Penal de Audiencia, Martha Lorena Martínez.
Con el temor de que no le creyeran, la adolescente rompió el silencio delatando a su mamá ante las autoridades del albergue donde permanecían refugiadas desde octubre del año pasado.
La jovencita también reveló que fue violada a los 12 años por un sujeto cuya identidad desconoce, pero que probablemente lo hizo con el consentimiento de su progenitora.
Según la joven, cuando le contó a su mamá que fue mancillada por el desconocido, ella le dijo que se quedara callada y que a nadie le contara lo sucedido.
Del “Oriental” al “Dimitrov”
La segunda violación tuvo lugar el 4 de diciembre de 2010, cuando la adolescente y su hermano “Toñito” estaban terminando la venta de sal de ese día, en medio del mundanal ruido que caracteriza el “Gancho de Camino”, un punto de referencia emblemático en el Mercado Oriental.
Relató la víctima que esa tarde sorpresivamente frente a ella y su hermanito se estacionó un carro rojo, vidrios polarizados.
Pero la sorpresa fue mayor cuando su mamá le ordenó a ella y a su hermano que subieran al asiento trasero del automóvil, recordó la adolescente.
Luego el conductor se abrió camino entre el congestionado tráfico que caracteriza las vías de la capital al caer la tarde, hasta llegar a una calle del barrio “Jorge Dimitrov”.
Según la víctima, ahí su mamá recibió del desconocido dos billetes de 500 córdobas y ella le entregó un papelito con el siguiente mensaje: “Llamame siempre”.
Espectadora
Después, como quien se dispone a presenciar un espectáculo, la madre de la menor bajó del carro y se acomodó en una piedra junto a “Toñito”, a poca distancia del vehículo.
Mientras la mujer cuidaba que nadie llegara a interrumpir al verdugo de su hija, en el interior del automóvil la adolescente era mancillada, refiere la acusación del Ministerio Público.
El libelo acusatorio presentado por la fiscal Martha Landero indica que tras ser mancillada, la víctima fue asediada por tres maleantes que pretendían que el degenerado bajara las ventanas del vehículo, para manosearla.
“Aunque la víctima pidió auxilio cuando era acosada por los tres malhechores, nadie se lo brindó”, se afirma a reglón seguido en la acusación fiscal.
Tras el bochornoso acto, la víctima, su hermano y la imputada fueron trasladados en el mismo vehículo a la casa que la acusada tiene en un barrio costero del Distrito IV de la capital.
De ese lugar, la niña huyó a los tres días, para dirigirse a Tipitapa, donde habita su pareja, otro adolescente sólo identificado como “Walter”.
Según la denunciante, fue su cónyuge quien la alentó para que regresara a Managua y delatara a su mamá por la explotación sexual a la que supuestamente la sometía.
Desenmascarada
La mujer trató de “tapar” lo sucedido simulando que intercedía por ella ante la responsable del albergue, para que reingresara al refugio.
Ese fue el instante que aprovechó la joven víctima para delatar a su mamá con la responsable del local, donde permanecen sus hermanos con su abuelito materno.
La mujer le dijo en ese entonces al responsable del albergue, que su hija “volvía porque su marido la había golpeado”, sin embargo la muchacha la desmintió en el acto.
“No es cierto, lo que sucedió es que mi mamá me vendió a un hombre por mil córdobas”, dijo la joven a la responsable del refugio, refiere el escrito acusatorio.
La mala madre susurró en el oído de su hija pidiéndole que hablara en voz baja, “porque su abuelito podía escucharla”, relató la responsable del albergue a la Policía.
Al verse descubierta por su hija, la mujer le dijo a la responsable del refugio que la jovencita padecía de trastornos mentales, sin embargo, en el expediente judicial del caso no existe ningún documento médico confirmando esa afirmación.
El abuelo da otra versión
El abuelo materno de la víctima y padre de la acusada, junto a sus tres nietos dio una versión distinta de los hechos.
Manuel López Castro aseguró que su nieta no tiene 14 años, sino 17, y ella se fue del albergue con su pareja por voluntad propia, y no porque su madre la explotara sexualmente.
El anciano afirmó que su nieta “está arrepentida” de haberle dicho a “Silvio”, uno de los responsables del albergue, que el hombre a quien supuestamente su mamá la vendió la daba maltrato.
Sin posibilidades legales
El defensor público Róger Lenín Santos, abogado de la acusada, reconoció que son pocas las posibilidades que su representada tiene de salir airosa del juicio que se le avecina.
Una de las pruebas más fuertes que tiene la Fiscalía es el dictamen de la forense, Cándida Chávez, a quien la jovencita le dijo que ha sido víctima de violencia sexual.
El dictamen corroboró que la menor tiene roto el himen de vieja data, es decir que eso ocurrió diez o más días antes de que se realizara el examen, pero la jovencita no tenía huellas de violencia o signos que indicasen que había tenido relaciones sexuales antes de la pericia.
“El papel de la Defensoría Pública en este juicio será de garantizarle a la acusada un proceso apegado a derecho, respetándole sus garantías constitucionales”, afirmó Santos.
El defensor público señaló que el futuro de la procesada dependerá de la declaración de la víctima.
“Vamos a analizar las circunstancias en las que supuestamente se dieron los hechos denunciados”, subrayó Santos.
El abogado adelantó que si el testimonio de la víctima durante el juicio es contundente, como defensa buscaría otra alternativa en beneficio de la acusada.
El Código Penal sanciona con una condena de seis a ocho años de prisión y de 300 a 600 días multa a quien es encontrado culpable del delito de proxenetismo agravado.
La madre acusada está presa desde el pasado 10 de diciembre, y su juicio se realizará en las próximas semanas, anunció el juez Octavo Distrito Penal de Juicio, Tomás Eduardo Cortés.
Abusos dentro y fuera de albergues
Entre los últimos meses de 2010 y lo que va de 2011, se han contabilizado tres casos de tipo sexual dentro y fuera de albergues.
En Managua existen 16 refugios que fueron abiertos tras el paso de la tormenta “Mateo”.
El primer caso no ocurrió directamente dentro de un albergue, sino fuera, luego que la víctima escapase del mismo en Rivas.
La víctima, de 15 años, perdió a su mamá en un accidente de tránsito, pero a finales septiembre de 2010 escapó del hogar sustituto donde se alojaba y fue a parar a la casa de Georlene Siezar Urbina, quien, según la Fiscalía, la comercializó sexualmente entre los meses de octubre y noviembre de ese mismo año.
La adolescente conoció a Siezar Urbina a través de una compañera de clases que la llegaba a buscar al albergue, quien le informó que la mujer necesitaba “una china” para un niño.
Siezar Urbina comenzó a vender a la adolescente, porque necesitaba el dinero para alimentarla y darle ropa.
La acusada por este caso fue declarada culpable y condenada.
El otro caso ocurrió el 21 de enero de este año, en un albergue capitalino, cuando un sujeto de apellido Sánchez, quien enfrenta cargos por abuso sexual, se levantó de su lecho para ir a la cama donde dormía una bebita para manosearla.
Según la acusación que está en los juzgados, la madre se percató de lo que estaba ocurriendo porque la tierna lloró y vio en medio de la oscuridad que Sánchez corría a su cama.
Cuando los forenses auscultaron a la niña, descubrieron que los tocamientos laceraron la piel de la pequeña.
El procesado está a la espera de juicio por decisión de la jueza Cuarto Distrito Penal de Audiencia, Martha Lorena Martínez.
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