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CAPITULO VI
ÚLCERAS VARICOSAS POR BRUJERÍA
Ulceras varicosas desde el punto de vista médico: Las úlceras constituyen una complicación de las várices que no son más que una dilatación permanente y localizada de las venas en los miembros inferiores.
Entre sus principales causas, y, en primer lugar, “las largas estancias de pie” y, aunque pudiera resultar paradójico, también el sedentarismo.
Primero, la presencia de las várices, y, con el devenir, se produce un aumento del pigmento de la piel en la zona afectada. Asimismo, prurito (picazón), ardor y dolor, fundamentalmente.
Se localizan con preferencia en el tobillo, en su cara interna o externa, aunque a algunos pacientes, los menos, les rodea la circunferencia del tobillo. En realidad no son difíciles de curar, si el paciente sigue al pie de la letra las medidas indicadas por su médico.
Esta enfermedad tiene bien diagnosticada su causa y establecido su tratamiento, afirmándose médicamente que no es difícil de curar. ¿Cual sería la explicación en caso de buscar los mejores médicos, aplicarse correctamente la medicina y seguir al pie de la letra las indicaciones sin obtener un buen resultado? Respuesta: Brujería. Me tocó vivir esa experiencia con mi madre. Antes de llegar a Cristo, mi madre empezó a enfermar de su pie con una pequeña herida producto de un golpe, por años se le buscaron los mejores médicos, las mejores medicinas, se fortaleció su sistema inmunológico con productos naturales, proteínas, vitamina C etc. Sin poder lograr mejoría, más bien empeorando.
Al conocer a mi buen Jesús, el Señor me reveló la persona que le hizo brujería a mi madre para perder el pie, indicándome el Señor que todo demonio fuerte alrededor de ella traería consecuencias negativas, porque perturbaban la sanidad por la que estábamos orando.- Con el tiempo fui perdiendo a mi familia, porque no creían en mi relación con Dios, que él me estaba guiando, revelando y mostrándome cosas ocultas y grandes que muchas personas no conocen todavía y que no creerían de hacérselas saber. “Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa.” Marcos 6:4
Hicieron que mi madre y mi padre se retiraran de mí. El Señor me reveló que personas cercanas a mi madre a quien ella había brindado por tanto tiempo protección y ayuda, de quien menos se esperaba estaban trabajando sobre su pie, para que lo perdiera, para vengarse de mí. Para que yo sufriera la pérdida del pie de mi madre y demostrar que ningún Dios estaba conmigo. Mi madre es una persona sufrida con muchas cosas que nunca quiso contar a nadie, por vergüenza y desconocimiento de la palabra de Dios. Siempre ayudó a los demás y no entendía en su razonamiento natural como alguien le iba hacer daño si ella en su vida nunca hizo mal a nadie. No creyó en las revelaciones divinas que el señor me hace, ni en mi testimonio, ni los dones del Espíritu Santo de Dios, puestos en mi esposa y yo, a pesar de haber visto la gloria de Dios manifestarse de muchas formas a través de nosotros como sus instrumentos y prefirió rodearse de enemigos físicos con grandes demonios de odio y destrucción, pensando que le profesaban el cariño que le fingían. Cuando en verdad los demonios dentro de esas personas la maldecían y atormentaban su espíritu día y noche. “De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?” Juan 3: 11-12
El señor se enojó con ella porque no le quiso creer y me dijo que la dejara en sus manos, que se la entregara a él, para trabajar en su vida y poner sus manos poderosas sobre todo blasfemo, que atribuía las obras del Espíritu Santo a Satanás. Mientras tanto ella y mi familia, debido a la desobediencia, tendrían que vivir como ellos querían vivir y no como el señor Todopoderoso quería. “¿Por qué contiendes contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones. Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende” Job 33: 13-14.
Muchas veces pensamos que nuestros caminos son correctos, no encontrando lógica para entender muchas cosas que suceden, queremos explicar a Dios con la mente que el mismo nos hizo, la criatura quiere explicar a su creador. Por no entender desobedecemos, las consecuencias son graves, cuando no la perdida del alma.
Perdóname Señor, por mis pecados, por haber dudado de ti. Yo te entrego mi enfermedad. Enséñame el camino y lo seguiré, sin reprochar cuando las cosas no son en mi tiempo, todo te lo pido en nombre de tu hijo amado Jesús de Nazaret.